Sigo intentando descifrar que sucede. Saber en que lapso de mi vida decidí no mirar atrás. Cada día me suena a una canción triste, que quiere cubrir el diario vivir con una tela de felicidad. Pero cada vez que estoy anesteciado y adormecido un haz de luz me ilumina la cara, una gota de lluvia cae en mi estómago y la tierra tiembla.
Siento que mi corazón quiere dejar de latir, mi cerebro quiere dejar de funcionar y en lo único que pienso es en dejar de vivir ese instante. Pero siempre que estoy a punto de caer, la luna me recuerda porque sigo respirando. Cojo mi guitarra, dos o tres notas suenan y la luna me vuelve a mirar. De vez en cuando quiero que se vaya, que cierre sus ojos y me olvide, pero yo no la puedo olvidar y lo único que hago es dedicarle una canción, esperando que ella me vuelva a besar.
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